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jueves, 8 de octubre de 2009

Breve historia del arcabuz japonés

Las armas de fuego llegaron a Japón con la llegada accidental de los portugueses a la isla de Tanegashima entre 1542 y 1543. Un navío portugués que iba hacia China y que estaba a cargo del comerciante Méndez Pinto había sufrido una tempestad y encalló en la isla. Los japoneses apodaron a los europeos como Nanban ("bárbaros del sur"), porque suponían que habían venido del sur y que eran poco cuidadosos con su apariencia, comparado con los japoneses. Un día, el comerciante portugués Méndez Pinto se llevó a Totitaka, el Señor de Tanegashima a pasear; donde Pinto logró cazar un pato con su arcabuz. Totitaka estaba sorprendido por el arma de fuego, que era desconocida por los japoneses en ese momento y decidió hacer gestiones con Pinto para comprar dichas armas y aprender a usarlas. Los arcabuces fueron bautizados en Japón como "Tanegashima", como el nombre de la isla, y rápidamente se expandieron por Japón, teniendo mayor demanda de parte de los señores feudales.



Las Tanegashima pronto sedujeron a los señores de la guerra japoneses. La novedad de los arcabuces constituyó la razón principal por la que los portugueses fueron bien tratados. El Señor Oda Nobunaga dijo que “las armas de fuego se han convertido en el último grito, pero yo intento convertir la lanza en el arma de la que dependa la suerte de la batalla”. A Nobunaga le preocupaba el largo tiempo necesario para situar un arma en condición de disparo y lo débil de la potencia del proyectil. Dado que el clima japonés era muy húmedo comparado con el clima europeo, las mechas originales que eran usadas para disparar estaban siempre mojadas y eran inservibles.
A pesar de algunos problemas iniciales, los japoneses rápidamente mejoraron técnicamente las armas de fuego. Desarrollaron un dispositivo para que funcionaran las llaves de mecha bajo la lluvia, refinaron el gatillo y el muelle de la llave de mecha, desarrollaron la técnica de tiro por descargas cerradas y aumentaron el calibre de los arcabuces.



Tanto los árabes como los hindúes o los chinos habían adquirido armas de fuego mucho antes de que lo hicieran los japoneses. Pero sólo los japoneses llegaron a dominar la fabricación a gran escala en la industria nacional. En 1560, solamente 17 años después de haber sido introducidas en Japón, las armas de fuego se utilizaban de forma eficaz en grandes batallas. Ese año, una bala mató a un general protegido por armadura completa. En 1567, el Señor Takeda Shingen declaró “A partir de ahora, las armas de fuego serán las armas más importantes”. Tenía razón. Menos de tres décadas después de que Japón hubiese visto por primera vez un arma de fuego, había más arcabuces en Japón que en cualquier otro país del mundo. Varios señores de la guerra japoneses poseían más armas de fuego que todo el ejército del Rey de Inglaterra.



Fue el ejército del Señor Oda Nobunaga, anteriormente crítico con las llaves de mecha portuguesas, el que realmente dominó la nueva tecnología de las armas de fuego. En Nagashino el 28 de junio de 1575, 3.000 ashigaru de Nobunaga armados con arcabuces y protegidos detrás de barricadas de madera, asolaron las cargas de la famosa caballería del clan Takeda. No había honor en este tipo de lucha, pero era efectiva. Durante siglos, las guerras feudales entre ejércitos samurai habían hecho estragos. Nobunaga y su ejército de ashigarus, equipados con arcabuces, conquistaron la mayor parte de Japón y contribuyeron al fin de las guerras feudales.



Las armas de fuego cambiaron la naturaleza de la guerra de forma drástica. Antaño, tras los alardes y las presentaciones, los guerreros se enfrentaban en combates singulares, un método de lucha apto para el lucimiento del heroísmo individual. Los samurai, protegidos con armaduras y altamente entrenados, tenían todas las ventajas; pero con armas de fuego, los soldados no profesionales podían ser desplegados en masa y destrozar a los acorazados samurai. De forma comprensible, la clase noble bushi consideraba las armas de fuego indignas. Incluso el Señor Nobunaga rechazó utilizarlas personalmente. Los soldados que se convertían en héroes seguían siendo los que utilizaban espada o lanza.

1 comentario:

  1. Gran trabajo muchacho. Espero ponerme pronto con mis samu y contar con tus conocimientos. Un saludo

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